El cielo abrió
sus puertas para dejar pasar
de nuevo
mis ganas de
sentirte,
y lo hice.
Sentí la nueva
forma en que latía mi sangre,
en la que mis
pensamientos fluían como
lo hace una
estrella con su estela,
otorgando la
posibilidad de pedir nuestro propio
deseo.
Soñé
mientras escribía cómo sería nuestra
historia,
cubierta de sonrisas cómplices entre
rayos de Sol al alba.
Me vi
enamorándome sin estarlo, solo por mirar
a esos ojos que
harían perder la cordura incluso
a los dioses.
Me acerqué demasiado
obviando que siempre
hay pequeños
diablos
que cierran
todas las puertas y te olvidan
fuera,
donde hace
frío.
Y una vez
más lo hicieron, con un muro que me
rompió desde
dentro
y me cubrió
de polvo y
cenizas.
Y una vez
más me alejo, mirando a mi espalda,
de nuevo a
tus ojos,
queriendo resistirme
a la inquebrantable actual
realidad.
Y así me
voy, sin hacerlo del todo…
Una vez más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario