Se dice que
aquello que se arranca
deprisa
causa menos dolor,
evita
sufrimientos y pesares innecesarios
y entonces
veo que estoy siempre tomando
el camino
más largo.
Toda la
sangre que quiere fluir termina derramándose
por las
heridas que me produce el paso del tiempo,
por todo lo
que quiero tener y el viento
se ha
llevado a otra parte,
por una
clase de paz que olvidé cómo alcanzar.
Las
estrellas no brillan para mí desde que te vi marchar
y he perdido
el norte, no sé llegar a casa
ni articular
palabras para pedir ayuda.
Temo que el
reloj marque demasiado tarde y
haya perdido
todos los puntos que me permitirían
tomar aire y
alzar un nuevo vuelo.
Quiero
descansar de mí mismo, de todo y todos,
acabar con
las prisas y sentir de una vez
mi cuerpo
solo sin necesidad de tener el tuyo
a mi lado,
por eso voy
a arrancarte sin preguntar, sin siquiera
respirar o
mirarte a los mismos ojos que me impedirían
la libertad.
Acabaré con
todo enlace que me enamore de ti,
y después de
sangrarte unos días
volveré a
tener solo
mi sangre.