viernes, 17 de febrero de 2017

La calma

Es curioso cómo en muchas ocasiones no somos del todo conscientes de nuestro estado de ánimo. La mayoría de las veces, cuando una persona está expuesta a una situación de estrés y por algún motivo, ese estrés se transforma en algo natural, no es capaz de separarlo de su vida y es entonces cuando sus días comienzan a ser más difíciles aunque él/ella no lo sepa.
Por eso hoy vengo a hablarles un poco de la calma, de la concepción que tengo de ciertas cosas debido a cómo vivo. No se trata de algún estudio que haya realizado, sino de lo que aún estoy aprendiendo de mi propia experiencia.

Siempre he sido una persona muy nerviosa, que en ocasiones perdía la calma y estallaba por pequeñas tonterías. Tenía reacciones desproporcionadas a lo que de verdad ocurría y me costaba muchísimo mantener esa tranquilidad que debería caracterizarnos. Incluso hubo momentos en los que algunas personas recibían por mi parte un trato que no merecían debido a esa falta de paz en mi interior, y yo no era del todo consciente. Un día, algo en mí pidió callarse, y ante tal petición descubrí el budismo, sobre todo la práctica de la meditación y todo lo que ella, dentro de su propia filosofía, conlleva.

Es posible que muchos piensen que esta clase de práctica es inútil o aburrida, pero eso se debe a que todo lo bueno, en su comienzo, resulta difícil de alcanzar. A día de hoy sigo siendo un novato en esto de la meditación, pues todos sabemos que hay momentos de nuestras vidas en los que estás realizando algo que de algún modo te impide hacer otras cosas, pero ya hace un tiempo he conseguido encontrar, cada día, momentos para mí, para practicar esa calma tan buscada, y por fin he conseguido tocarla aunque solo sea por momentos.

La calma es algo que está en nuestro interior y depende de nosotros desarrollar. Incluso en aquellas situaciones en las que crees que la rabia o el estrés te van a sobrepasar, depende de nosotros alimentar nuestra calma.

Si se encuentran en una etapa en la que el estrés se ha apoderado de sus vidas y ya no saben identificarlo, les comentaré algunas de las reacciones involuntarias que nuestra mente tiene ante determinadas situaciones:

  • A la hora de dormir, nuestra mente se detiene a pensar cosas que nos preocupan, y nos cuesta muchísimo conciliar el sueño. 
  • Determinados sonidos o sucesos que normalmente no nos molestan, nos irritan y nos enfadan. 
  • Estallamos cuando lo que ocurre es una tontería, y casi no podemos controlarlo. 
  • En ocasiones sientes que te cuesta respirar con normalidad.

Estas son algunas de las reacciones más frecuentes y más fáciles de identificar.

Si esto les ocurre les aconsejo que una vez al día se alejen de todo el ruido, apaguen sus móviles y hagan algo que de verdad les apetezca. A mí me ayuda la meditación, pero no es necesario que la hagan si no les apetece siempre que desconecten del estrés de otra forma. Cuando la calma llega a nuestra consciencia y a nuestra inconsciencia,  nuestra vida mejora en todos los sentidos. Está más relacionada con todo lo que nos ocurre de lo que piensan. Créanme, lo he vivido.


Si les ha gustado, volveré a hablar más profundamente sobre este aspecto tan importante en nuestras vidas, siempre teniendo en cuenta mi propia experiencia.

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