sábado, 12 de marzo de 2016

Me alegro.

Era tarde; la madrugada se hacía a cada hora más larga. Tu partida rompió mis planes, la boda, los hijos… Todas aquellas promesas que nos habíamos hecho, sobre todo la de amarnos por siempre. Yo siempre fui un romántico, siempre te quise tener como nadie, pero nunca fue suficiente para ti. Querías más, siempre más, pero de mí era imposible. Tu partida rompió mis planes, pero me alegro; me alegro de menos noches sin dormir; de más días sin saber de ti, porque ya no me incumbes; de menos sufrir. Me alegro aunque esta noche mis lágrimas empapen mis sábanas; me alegro aunque esta sea la última noche sin dormir.

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