viernes, 18 de diciembre de 2015

Mañana.

Hoy no he podido evitar apreciar el precioso día del que hemos tenido oportunidad de disfrutar; la noche también promete, con la mitad de la Luna iluminando a las estrellas y nuestro camino. Tras tal espectáculo no he podido evitar una reflexión: ¿de verdad este paraíso puede desaparecer?
He permanecido un rato observando el entorno, todo lo que me rodeaba y me abrumaba. Somos muy pequeños para destruir algo tan maravilloso. Me he preguntado si habrá un mañana, si tendré la oportinidad durante mi vejez de apreciar lo que hoy puedo apreciar, de deleitar mis sentidos con una brisa pura, el piar de un pajarillo cualquiera y el aroma de la noche. ¿Habrá un mañana? Pero más importante aún, al menos para mi; ¿habrá un mañana en la Tierra, donde todavía pueda apreciar un paisaje verde, un cielo azul por el día y un cielo estrellado por las noches? Es desconcertante pensar que todo pueda cambiar drásticamente. Me desconcierta pensar que mañana tal vez mi cielo este cubierto de humo o de alguna sustancia que no me permita ver el parpadear de un cielo nocturno, porque amo la vida y amo mi Tierra, un amor que me impide ver por qué personas luchan por acabar con ella. No se si habrá un mañana como el que espero, pero si no fuera así preferiría que el mañana no llegase nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario