No estamos solos en el mundo. Somos muchos, con diferentes
opiniones, gustos, deseos, planes… La diferencia es precisamente lo que deberíamos
tener en cuenta para respetar a los que nos rodean, porque lo que tú quieres no
puede ser siempre lo que deba hacerse. Pensar constantemente en los intereses
de uno mismo puede agotar a mucha gente que te rodea, puede traer conflictos y
puede conseguir que se alejen incluso de ti. Seamos más respetuosos y menos
egocéntricos, no somos lo único que vive en este mundo. Es una característica
fundamental en el ser humano saber convivir, porque es lo que hacemos día tras
día desde que nos levantamos; convivir, incluso con nosotros mismos. Ser
extremadamente egoísta solo te va a llevar a un lugar: a estar solo. Todos
tenemos nuestras propias conveniencias y nuestros propios intereses, y ser
egoísta y egocéntrico es precisamente lo que ha llevado a la desgracia a este mundo.
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